
Por todo lo grande puso fin el Racing a la racha que lo llevaba a no encadenar dos victorias seguidas en lo que va de campeonato. También a la que le hacía ser un equipo temible a domicilio pero frágil cuando jugaba en casa. La goleada lograda sobre el Celta B (5-0) acaba con todo esto y demuestra que el equipo ferrolano aspira a estar más arriba de lo que está en la tabla clasificatoria. Encontrar la regularidad en los buenos resultados será lo que lo haga posible.
Fue el Racing el equipo que mejores sensaciones dio en el tramo inicial del partido, aunque sin generar verdadero peligro ante la meta contraria. Sí lo hizo, en cambio, en la primera ocasión de que dispuso, un saque de esquina botado por Dani Nieto que David Castro cabeceó de manera inapelable al fondo de la portería visitante para poner en ventaja al cuadro verde ante un rival que no estaba dando buena imagen.
Siguió el partido por esta dinámica, ya con el Racing por delante en el marcador. Es decir, que el control era totalmente del cuadro verde, aunque sin encadenar tantas ocasiones como otras veces. Sin embargo, la capacidad de Dani NIeto para desequilibrar jugando por fin por el centro y la verticalidad de Alayeto por la banda izquierda se erigieron en argumentos que el Celta B no fue capaz de contener.
Estrellas
Ambos, además, resultaron claves para el resultado. El primero, que mareó al filial celeste cada vez que cogió la pelota, fue el protagonista de una gran acción individual que el Celta B solo fue capaz de frenar con una falta que significó el penalti con el que Joselu aumentó la ventaja. Y, poco antes del descanso, una acción surgida otra vez de Dani Nieto por el centro finalizó con un pase a su izquierda, a la carrera de Alayeto, que batió al meta visitante para dejar el partido prácticamente resuelto al descanso.
Gastó el filial celeste dos cambios más en el descanso –ya había hecho un par en la primera parte– con la intención de marcar cuanto antes para recuperar opciones de sacar algo positivo del partido. Los planes, sin embargo, le salieron al contrario, porque no solo fue incapaz de crear peligro sobre la meta racinguista, sino que a los diez minutos recibió otro gol más, el marcado por David Rodríguez al remachar una acción de Iñigo Alayeto desde la línea de fondo.
Fue la rendición final de la escuadra visitante, que a partir de entonces siguió en el campo, pero con el convencimiento de que ya no tenía posibilidades de conseguir nada positivo. Así que los minutos fueron pasando sin que se registrasen grandes novedades. Ni el Racing tenía ganas de hacer más sangre ni el Celta B fuerzas para intentar maquillar el resultado. Solo el tanto final de Nathan Palafoz movió el marcador y adornó el triunfo.