Si la calidad de los vinos se mide en los puntos que las destacadas guías ponen a los caldos, el nacido en Ferrol, el Astillero no tienen nada que envidiar a otros con entre 91 y 96 puntos. Pero, sin ser tan entendido, quienes lo prueban se enamoran y las calificaciones van, en el boca a boca, de riquísimo hacia arriba. Lástima que naciendo en un pequeño viñedo de Esmelle la producción sea prácticamente exclusiva para afortunados.