
No hay mejor guía para conocer las diferentes Meninas de Canido que Eduardo Hermida, su principal adalid. El artista ferrolano nos lleva de la mano por calles, callejones, subidas y bajadas, y alguna que otra parada en el camino para disfrutar del lienzo en el que se ha convertido el barrio alto de la ciudad desde hace 17 años. Fue entonces, en 2008, cuando se plantó el germen de un certamen que mantiene inalterable su esencia, que no es otra que aportarle color a lo vetusto, a lo destartalado, dándole vida a lo que ya no la tiene y mostrando, en definitiva, un barrio más hermoso, dando un toque de atención, de paso, a quienes deberían tomar cartas en el asunto para adecentarlo.
Nuestro cicerone nos invita a iniciar ruta en un viaje que nos evoca a un cuadro único como Las Meninas de Velázquez. Así, propone situarnos en los muros del acuartelamiento Sánchez Aguilera o bien iniciar el camino desde la avenida do Rei hasta la muralla, en la que destacan piezas como las que Suso 33 hizo el año pasado.

En este primer tramo también destaca Edu la pintura realizada por Cristina Souto López, una Menina dedicada a Vanesa, la joven ferrolana que visibilizó su lucha contra el cáncer hasta que finalmente falleció, rindiéndole así un sentido homenaje. “Aparte de lo emotivo, el trabajo técnicamente es muy sorprendente de un realismo total”, subraya Hermida. También en esta misma zona se encuentra otro mural muy especial para el promotor del certamen, el de Paula García (Pauliña Montopalco), fallecida en un accidente hace cuatro años. Ella era su mano derecha y alma del festival. “Siempre estaba para darme ánimos en los peores momentos; fue fundamental en la historia del festival, siempre conseguía lo que parecía imposible. Sin ella nada es lo mismo, era el alma de todo esto”, rememora. Precisamente ese mural, situado en la trasera del antiguo cuartel del Ejército de Tierra, es obra de Yanina Torres.
Nuestra ruta prosigue de la mano de Eduardo Hermida hacia la Praza da Auga, donde podemos contemplar en “Perrázquez”, como se le ha venido a llamar al perro creado por el famoso muralista Hugo Lomas (Sfhir), uno de sus primeros -el primigenio fue FeMeninas- trabajos de gran formato. “Se va a perder como ha acontecido con otros porque se va a construir en la zona”.
También nos invita Hermida a hacer una parada muy cerca, en el aparcamiento disuasorio, donde hay tres trabajos de gran formato. Uno de ellos es de Toni Espinar, que resiste muy bien el paso del tiempo, como precisa el artista ferrolano. Aquí también se puede disfrutar de otras propuestas así como de los trabajos de Gonzalo y Álex y el dúo Amazonas, que, como explica Eduardo Hermida, están viviendo un gran momento tras haber abierto su propio estudio, al igual que ha hecho Sfhir, en el barrio madrileño de Carabanchel.
También recomienda nuestro guía seguir el itinerario por la calle Alegre, donde se puede disfrutar de piezas pequeñas que se hicieron de los primeros años, y entrar en el Corral de Chapón, donde hay una de El Rojo, del primer año, que se mantiene muy bien. “Hay una pieza de cerámica en esta zona que también conviene visitar”, precisa.
Atravesamos por un pequeño callejón de la zona y nos encontramos con los soportales situados frente al parque Antón Valera, de los primeros años, con propuestas de pintores más de estudio, no de arte urbano propiamente dicho, que venían al principio y es muy diverso, con la obra de La Barbuda, Las Doñinas y, frente al parque canino, trabajos de Mayil y de Sr. Gotta. Este año pintará en ese punto el director del festival de arte urbano de La Bañeza, “ya que vamos a intentar hermanar ambos festivales”, precisa Hermida. Desde el parque canino nos invita nuestro guía a bajar por la parte lateral de la iglesia, donde nos encontramos en nuestra marcha con obras de Gonzalo Alonso, Álex Fernández y Tardor, que se observan desde el lateral del instituto, cuya menina ha perdido su dorado inicial pero no la esencia.
En este punto, Edu Hermida propone detenerse un rato a tomar algo en el Café Meninas y proseguir después hacia el centro cívico donde se encuentra otro grafitti de gran formato, que también va a desaparecer en breve –la monja grafittera que dibujó Sfhir el año pasado–, como consecuencia de obras que se van a ejecutar por parte de Abeconsa.

Continuando la ruta nos hallamos con otro trabajo de Sfhir próximo a la SCDR Canido y, prosiguiendo dirección hacia el Cruceiro, nos topamos con un Velázquez moviendo unas marionetas con forma de menina que firma Zorro. Seguimos caminando hacia Atocha, nos desviamos a la calle Riego y vemos alguna obra de los primeros tiempos de la Mala Rodríguez (Rojo), la que realizó Art for Dent para visibilizar esta enfermedad y que dibujaron un padre y su hijo aquejado de esa dolencia. También aquí está el perro hecho con globos a imitación de las obras de Jeff Koons, realizado por Eleman.
Volvemos a Atocha para detenernos en la Casa del Patín, donde se encuentra una pieza cerámica elaborada con azulejos de Alejandra Pisos, que también vale la pena observar. Desde ahí vemos los alcorques en forma de meninas en los árboles y también los aparcabicis, un detalle que Hermida quiere destacar en el transcurso de la ruta.
Seguidamente detenemos nuestros pasos para observar el que sirvió de escenario para presentar la segunda temporada de la serie televisiva de “Rapa”, que el propio Hermida realizó para la ocasión en la calle Gabriel Sánchez Seijas con Atocha. Muy cerca de aquí nos encontramos obras de Toni Espinar y Juan Conde, y también el mural más alto de Sfhir que se puede ver desde la entrada de la ría si uno arriba a Ferrol en barco. En esta parte del barrio también se encuentra el mural con el que Sfhir rinde tributo a Jorge Pareja, el criado de Velázquez, al que se le atribuyen algunos cuadros firmados por el autor.

Siguiendo hacia la calle Alonso López nos dirigimos a la plaza de la Tahona, “donde empezó todo, donde yo tenía mi primer estudio y se produjo aquel primer encuentro de artistas”, rememora Edu Hermida, quien, no obstante, no recomienda finalizar ahí, sino simplemente hacer una parada y disfrutar, entre otros, de los locales del lugar y de la menina realizada con tetrabriks. Así, continuamos un poco más hacia la calle Muíño do Vento hasta llegar al lugar en el que se encuentra el supuesto Banksy. También en ese punto se hallan otras “grandiosas obras”, como la de los astronautas de Andrés Gabarre o la que se sitúa detrás de ese mismo edificio.
Ahora sí concluye esta primera visita al corazón de Las Meninas de Canido, “pero esto no es más que un 20% de todo lo que hay. Quedarían muchas obras, como precisa Hermida, en las calles laterales del barrio que podrían dejarse para una próxima ocasión", precisa el promotor del certamen.
Entretanto, nada mejor para reposar los pies y alegrar el cuerpo que hacer una última parada en la Artesa donde Hermida nos recomienda probar una de sus exquisitas y afamadas pizzas.