
Las obras de la calle de la Iglesia, las más ambiciosas de las que se llevarán a cabo en la ciudad en este mandato, marcaron ayer un nuevo hito con la llegada de la primera media docena de árboles que ya se encuentran plantados en la primera manzana del vial, desde la Cuesta de Mella, entre San Diego y Arce, a la que faltarían al menos otros tres ejemplares.
Este tramo está prácticamente rematado, con las plantaciones, aceras, calzada y separación con adoquines entre ambas, de forma similar a cómo se distribuyen en la calle de la Iglesia.
Estos ejemplares llegaron por la mañana y por la tarde ya se encontraban en su nueva ubicación. Forman parte de una distribución arbórea que se prolongará a lo largo de toda la calle de la Iglesia hasta el Callao y que cambiará radicalmente la fisonomía de esta calle de tránsito rodado pero que ahora se “humanizará” con las anchas aceras de cuatro metros y los numerosos árboles a su paso.
Mientras el primer tramo del vial ultima los flecos para darse por finiquitada, en la segunda se colocaban los adoquines laterales que separan la acera de la calzada. También está prevista que la plantación en esta manzana se produzca antes de que finalice este mes de marzo. Se trabaja asimismo en las piezas de remate de acceso a los garajes de la zona.
Precisamente estos dos primeros tramos de la calle se espera que se abran ya para la Semana Santa, según indicó en días pasados el concejal de Urbanismo, Julián Reina.
Ejemplo
Servirá, de este modo, como modelo para ver cómo quedará todo el vial, cuyas obras se están efectuando ya en la cuarta manzana. La diferencia en el trabajo de cada una se deja ver claramente, ya que si bien la primera está prácticamente rematada y en la segunda se coloca el adoquín, la tercera contaba ayer con numerosa mano de obra afanándose en los trabajos. La cuarta, sin embargo, todavía es solamente tierra a la vista.
Los trabajos de la calle de la Iglesia dieron comienzo a principios de junio del pasado año y ya han pasado por algunas vicisitudes, que hicieron que se detuviesen los trabajos. La aparición de elementos como los antiguos alcatruces del centro del vial, además de los restos de los raíles del tranvía han ralentizado una obra de por sí larga, ya que tenía un plazo de ejecución de año y media. El presupuesto es de unos cinco millones de euros
Las principales características de la obra son la calzada de 3,5 metros, las dos aceras laterales de un ancho de cuatro –en el borde residencial– y 2,60 –en la parte de usos dotacionales–, la eliminación del aparcamiento y la plantación de arbolado de diferentes especies.