Fernando Frías, el notario más joven de España que ejerce en Cedeira: “Aquí estoy en la gloria; siempre me ha parecido un sitio idílico”

Cedeira presume desde hace tres semanas de contar con el notario más joven de España. Fernando Frías Fontes, un madrileño de 24 años, logró superar una de las oposiciones más duras del sistema jurídico y lo hizo, además, con la cualificación más alta de su tribunal en el apartado práctico –19,7 de 20 puntos, la más alta desde que se regristran digitalmente–. “No pensaba que me había salido tan bien y resulta que había pasado a la historia”, relata. Esto le permitió escoger como primer destino la villa cedeiresa, una elección que como él mismo cuenta responde tanto a razones personales como profesionales.
Así, el clima más suave que el de su tierra natal –“aquí estoy en la gloria, remarca–” la excelente gastronomía y su vinculación con Galicia forjada durante sus veraneos en playa América, en Nigrán, hicieron peso en su decisión. “Siempre me ha parecido un sitio idílico para estar, por lo que siempre ha sido una opción que he tenido en mente. A raíz de pasar esos veranos allí, la mitad de mi grupo de mejores amigos son gallegos. Todo eso, combinado con que me gusta mucho la gente de aquí y la gastronomía porque soy de buen de comer”, comenta entre risas, le ayudó a tomar la decisión. “También me parecen increíbles los paisajes. No era consciente de ello. Por la carretera, desde Ferrol a Cedeira, todas las playas son alucinantes”.
Además, los padres de uno de sus mejores amigos son notarios en la zona, un apoyo importante, remarca, en estas primeras jornadas como notario. “Sabía que iba a estar arropado por ellos, con su apoyo con las dudas que me pudiesen surgir, ya que cada parte de España tiene sus peculiaridades a nivel notarial. Porque cuando llegas al día de la verdad, que es el día que empiezas a ejercer, te encuentras con muchas cosas desconocidas y que se aprenden con la práctica”.
En este sentido, y ya en ejercicio, Frías Fontes explica que en Galicia se hacen pactos de mejora, “una especie de adelanto de herencia en vida. Esto no se puede hacer en Madrid”, ejemplifica. También la posibilidad de hacer testamentos mancomunados o la partición por mayoría; en definitiva, particularidades del derecho civil gallego poco habituales en otros lugares del Estado. El joven notario apunta también otras peculiaridades a nivel comarcal. “En Ferrol, como es un territorio militar, cuando se transmite una propiedad a una persona extranjera no miembro de la Unión Europea, se necesita una autorización militar”, ilustra.
En cuanto a Cedeira, remarca que “a nivel notarial es un buen sitio. Me ha dejado bastante alucinado el tráfico que hay aquí. Lo veo en las calles: por las mañanas siempre hay gente. Y lo noto también en la notaría. Hay un ritmo de trabajo muy elevado. Todos los días entran aquí entre 30 y 40 personas y llaman por teléfono otras tantas veces. Es algo que me ha sorprendido bastante”, explica el joven.
Esfuerzo
El proceso de acceso a la notaría –al que los candidatos dedican varios años de preparación y sacrificio– comenzó para Frías “como para un opositor normal”, con jornadas de estudio de nueve horas diarias. “Hacía planes, jugaba al pádel y al tenis o tocaba la guitarra en mi grupo de música”, explica en relación a las canciones que ofrece a través de Spotify –bajo el nombre de Ferfri–. “Ahora que vuelvo a ser libre, estoy grabando algunas más”.
Pero a medida que avanzaba el proceso, la exigencia fue en aumento, llegando incluso a estudiar 15 horas al día. “Lo hacía todos los días y eliminé las jornadas de descanso. Solo comía una vez porque no tenía tiempo para más. Me pasó también factura física: me empezaron a pitar los oídos –que es una secuela que todavía tengo a día de hoy–, perdí bastante peso, musculatura, se me caía el pelo, tuve problemas de piel por no salir a la calle...”, enumera Frías.
Este proceso hasta superar los cuatro exámenes de la oposición lo pasó paralelo a su hermana, María Frías Fontes, que también se presentó a las oposiciones. “Se examinaba primero mi hermana, aprobaba, y luego me pasaba la presión a mí”, comenta en broma. Pero en la tercera fase sus destinos se separaron. “Fue muy frustrante porque ella no aprobó y yo sí. He visto todo lo que se ha esforzado, que fue una barbaridad. Fue muy duro saber que tenía que volver al principio”, explica el joven madrileño.
Ahora, desde su notaría en Cedeira atiende a los vecinos y vecinas con sus problemas del día a día y da soporte también a María. “Soy una persona con mucha fe y pensaba: ¿por qué Dios quiere esto para mí? Pues ahora he descubierto que mi misión principal es hacer que mi hermana apruebe”, desea con orgullo.