Reconocimiento para los que se van
El pasado miércoles el pleno de la Corporación Municipal de Ferrol se reunía en sesión de trámite para aprobar las últimas actas, y dar así carpetazo un mandato, iniciado en mayo de 2011, que no ha sido fácil para nadie. Esta ha sido la Corporación Municipal que ha tenido que gestionar los intereses municipales en el peor momento de nuestra historia reciente. Una Corporación que ha tenido que hacer frente a esa doble crisis que ha afecta a nuestra ciudad, la crisis general que afecta a toda España desde 2008, y la crisis estructural que esta ciudad padece desde la década de los ochenta derivada de las mal llamadas reconversiones navales. Pese a las dificultades económicas, estos han sido años de avances para Ferrol. Se abrió el auditorio municipal de Caranza, se consiguió la inversión definitiva para concluir el saneamiento de la ría, ya en marcha, y se pusieron en marcha actuaciones de transformación urbana como la reforma del Parque Reina Sofía, la remodelación del Cantón de Molíns, la puesta en marcha del programa de turusmo industrial, la actuación en Cuesta de Mella y jardines de San Francisco, el impulso al turismo de cruceros, o las actuaciones en los barrios como la urbanización de la plaza del río do Tronco, o la plaza de Sartaña. Todo ello, mientras se duplicaba el gasto social para atender a quien más sufre las consecuencias de esta crisis.
Y todo esto fue posible gracias, no solo al gobierno municipal saliente, sino al conjunto de la Corporación. El avance de Ferrol se debe a gobierno y también a la oposición. Unos más que otros, evidentemente, pero todos defendiendo a Ferrol cada uno desde su bancada.
Y por eso, hoy toca reconocer el trabajo de ediles como Natividad González Laso, Vicente Irisarri, María López, Ramón Veloso, Jaime Pena, Manuel Santiago o Gerardo López. Todos ellos han sido magníficos concejales al servicio de su ciudad, por encima de diferencias ideológicas. Como Juan Fernández, José Polo, Pablo Cal, Reyes García Hurtado y Borja Carro. A estos últimos un reconocimiento aún más especial desde la cercanía. Ferrol es una realidad plural y diversa, y por eso, Ferrol es cosa de todos. No caben sectarismos. Ellos lo saben y por eso han trabajado duro desde el Concello. Que los que vengan, sigan su ejemplo.