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Amnistía fiscal para los defraudadores; urbanística para los ilegales; recortes de derechos a los ciudadanos y barra libre para disfrutar de semanas caribeñas…

Les dejaba aquí, hace casi un mes, una pieza titulada “Sobran los motivos” donde justificaba, y modestamente creo que demostraba, que sobraban los motivos para la indignación de la ciudadanía.

Y ahí tienen ustedes, si aún no están indignados, a los jefes de la Europa rica sacándole los colores al recluta Mariano por lo mal que lleva el papel de recadero

Entonces la “prima” estaba alrededor de los cuatrocientos puntos y –¡la madre que los parió!– no había saltado por los aires el asunto de Aliba-bankia ni la amnistía fiscal ni la que bendecía los estragos urbanísticos. Ni siquiera sabíamos que el señor Feijóo dejaba pudrir en un cajón las facturas del último trimestre para sacar pecho con sus números ante la derecha mediática de Madrid que tanto le quiere y le jalea.

Por aquel entonces, incluso era Baltar padre el que merecía las críticas y chirigotas por sus tres puertos y cuatrocientos porteros cuando, ahora, de golpe (¡los cuatrocientos goles! ¿les suena?) es Baltar junior el que aparece en los periódicos junto a su cuñado por un quítame (que digo quítame ¡póngame!) acá unas obras.

Obras son amores y la familia lo primero, que decía el otro (el del Opus, el Corleone y otros que pueden consultar leyendo el BOE ) y por eso las obras pías –piadosas– no son cosas de Rouco, que solo aporta a Caritas (lo dijo alguien tan poco dudoso como el máximo responsable de la organización) menos del dos por ciento de lo que gasta atendiendo a los más necesitados.

Y ahí tienen ustedes, si aún no están indignados, a los jefes de la Europa rica sacándole los colores al recluta Mariano por lo mal que lleva el papel de recadero… aunque corre que se las pelas haciendo el paso de ganso (¿o era de oca?) alrededor de la “seño” Merkel.

Y ahí están los patriotas de hojalata trasladando sus euros a Francia, Suiza y Alemania.

Allí mandamos, primero, a la División Azul para luchar contra el maligno; más tarde a nuestros paisanos, emigrantes que hacían el trabajo sucio que les levantó el país, y ahora los euros esto está tocado, hundido.

Y ahí tienen al juez de la “semana caribeña” tirando el dinero público en “modestos” hoteles de cuatro estrellas. ¿Con quién? La revista satírica Mongolia, lo sabe. Busque en Internet.

¿Es para indignarse? ¿Sobran los motivos?