PUNTO Y FINAL PARA LAS CAIXAS
Fue para muchos la gran novedad de la sesión de investidura del ya nuevo presidente Núñez Feijóo. La segunda jornada apuraba sus últimos momentos cuando el portavoz socialista, Manuel “Pachi” Vázquez, leyó unos teletipos de agencia según los cuales el Banco de España (BdeE) daba por finiquitados los planes de José María Castellano de seguir adelante con Novagalicia Banco (NGB) como entidad independiente luego de un aterrizaje de fondos de inversión extranjeros que rescatarían a ésta de las manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria o FROB.
Pienso que la noticia no debió de coger muy desprevenidos al candidato Núñez Feijóo y a su portavoz parlamentario, Pedro Puy, que intervenía a continuación. Lo digo porque éste ya iba preparado. Se limitó, no obstante, a levantar en alto la nota oficial del Banco de España del día anterior y asegurar que daba al documento del BdE más credibilidad que a afirmaciones de un anónimo “alto funcionario” del organismo supervisor a las que se referían los teletipos de agencia.
El portavoz popular se limitó a empuñar el papel en cuestión, pero no lo leyó. Porque si lo hubiera hecho, habría disipado en aquel momento las dudas. Y es que en un párrafo exclusivamente dedicado a NGB la nota del BdE deja las cosas bastante claras. Por una parte, habla de la concesión de una ayuda de 5.425 millones de euros (900.000 millones de pesetas), a consignar dentro del “plan de reestructuración/resolución” de las entidades participadas por el FROB.
A continuación, el BdeE traza el tamaño y condiciones a que ha de ajustarse Novagalicia Banco: reducción de personal y oficinas, y una actividad centrada en segmentos minoristas y de pequeñas y medianas empresas en Galicia, León y Asturias. Según este plan, se alcanzarían rentabilidades positivas a partir de 2013.
La nota concluye tajante con su sentencia de muerte: “El plan prevé la venta de la entidad, que se realizará cuando se den las circunstancias adecuadas”. Así se lo permite, dígase lo que se diga, la Comisión Europea, que excluye expresamente el invocado plazo de 2017.
¿Y cuándo se van a dar tales circunstancias y, en consecuencia, cuándo se va a vender la entidad? ¿Cuando se alcancen esas rentabilidades positivas; es decir, el año que viene? ¿Incluso sin dar tiempo a que NGB se recupere y mejore su valoración? ¿O se sacará a subasta a un euro como se ha hecho con el Banco de Valencia?
El tiempo lo irá diciendo. Pero lo que parece claro es que estamos ante el último y definitivo espasmo de los muchos que han acompañado la reconversión del sistema financiero español y, más en concreto, de las caixas gallegas.
