SUERTE A LOS ONCE

Un equipo de once personas se ha hecho cargo del gobierno local hace cuarenta y ocho horas. Han pactado un programa de mínimos razonable e impregnado de medidas sociales para una ciudad que agoniza.
Sus obligaciones competenciales (agua, basura, jardines, etc.) están marcadas por la ley, pero se les exigirá también reivindicar en Madrid y Bruselas medidas para el sector naval y otros colectivos. A todos les sobra buena voluntad pero les faltará dinero y, sobre todo, su éxito no depende sólo de ellos.
Tomando cañas en un bar o disertando en una tertulia, se salva el planeta, pero para solucionar una parte (sólo una parte) de los problemas de los ferrolanos, hay que estar en el Concello. Para nueve de los once, el primer año será una inmersión brutal en la realidad, lamentarán que lo urgente les impide hacer lo importante y más tarde o temprano les llamarán casta. Suerte a los once.