Mi cuenta

Las notificaciones están bloqueadas. ¿Cómo desbloquear?

ESPERANTO DE ESPERANZA

En el amanecer de este día, cumplido ya el escrutinio electoral y atendiendo a la mala situación económica que atravesamos se hace obligado hablar de esperanza. Resta saber de cuál de ellas: si de esa que es en matemáticas una variable, o de aquella que es en la virtud invariable, o, acaso, de esa otra que no es sino mera ensoñación.

No podemos, y lo sabemos, fiar todo a la posibilidad de los números, qué decir de Dios, matemáticamente imposible, y tampoco podemos dejarlo en las alegres manos de la ilusión. Visto así semejamos ingobernables, y algo de ello hay, y ese ha de ser el reto del nuevo presidente de Gobierno: saber ordenar nuestro futuro mezclando los dispares instrumentos de tan precisa imprecisión. Y hacerlo en la exacta medida en que lo exige la compleja arquitectura jerárquica que rige los descarriados destinos del mundo.

Cohabita en nosotros, a trechos confundida, a trechos dogmática, la necesidad de mostrarnos pragmáticos, con la de proclamarnos virtuosos, con la de soñar. Ocurre que cuando llevamos una a la boca se nos olvida la otra, evidenciando nuestra incapacidad para conjugarlas. De ahí que caminemos absortos en nuestra infeliz esperanza, sin querer entender que necesitamos una que nazca de nuestras manos y que no sea por ello necesario ni definir ni nombrar. Una esperanza capaz de obrarse exacta en todo, de estar en todo y en todos, como los números, como los dioses, como los sueños, como el soñar.