MENOS BROMAS: LA SANIDAD NO ES GRATIS Y LA SALUD, CARÍSIMA
En un sistema solidario, los sanos pagan
para que se atienda a los enfermos
En Alemania, macho, dan marcha atrás con el copago, pues la tasa de diez euros no frenó la visita al médico. Unos galenos le hacen la ola a Feijóo y reciben la bronca de cientos de médicos de toda Galicia. La Plataforma para la Defensa de la Salud Pública firma un informe demoledor y el “holding” de los Hospitales Privados de Galicia, le piden más clientes a la Xunta.
En el Sergas las listas de espera crecen y la calidad merma. Los farmacéuticos avisan que se dispara el número de clientes que no retiran sus fármacos por el copago y la “desfinanciación” de una serie de medicamentos… Y todo esto, cofrades, en una sanidad, que no es gratuita aunque nuestros próceres se empecinen en decir lo contrario.
TASAS, IMPUESTOS, REPAGO
Entre una cosa y otra, un trabajador con una vida laboral de 35 años y una salud razonable pagó de sobra sus visitas al médico. Y, ahora, añadiendo al céntimo de la gasolina y el repago de las medicinas está pagado el servicio de sobra. Lo que sucede es que es un sistema solidario y los sanos pagan para que se atienda a los enfermos; los trabajadores a los que están en el paro y, hasta que llegó el señor Rajoy, a los pobres de pedir, a los emigrantes… Con lo que, después de casi un siglo, la sanidad pública no es ni gratis, ni universal. Es, eso sí, un buen negocio.
LA SALUD Y EL NEGOCIO
En una reciente reunión (según cuenta la revista del Colegio Oficial de Médicos de Galicia) La Asociación de Hospitales Privados, por cierto a la que asistieron Romay Beccaría, la conselleira de Sanidad, el vicepresidente del parlamento, los subdelegados del Gobierno gallego y el presidente de la Confederación de Empresarios, entre otras autoridades, pidieron más y proponen utilizar los recursos públicos y privados para “una mejor atención al ciudadano y la sostenibilidad del servicio de salud nacional de salud” y, claro, de la propia asociación que engloba a los hospitales privados facturaron más de setecientos cincuenta mil millones de euros…Una cifra superior, lo dicen en el boletín, que la explotación forestal, la elaboración de bebidas, la industria textil.
POR ESO PIDEN MÁS
No hay cifras, al menos no figuran, de los beneficios después de gastos pero si cuentan que en un año atendieron 332.000 urgencias, 298.000 estancias, 83.000 intervenciones y 530.000 pruebas diagnósticas… ¿Es mucho, poco? No es lo suficiente, pues en esa reunión “pidieron la firma de nuevos acuerdos con el Sergas para una actividad predecible” y piden también a la Administración sobre los procesos derivados de los accidentes de tráfico y laborales, las patologías crónicas, etc.
LA XUNTA A LO SUYO
Además de su aventura (copiando el modelo de Madrid y Valencia, que se desploma) como constructor de hospitales y residencias para dependientes –hablan los periódicos de un crédito a la empresa de cuatro millones más 2,6 millones anuales– tiene en pie de guerra a los profesionales, cabreados a los “doentes” y, siguiendo la política marianista, convirtiendo la salud en un buen negocio que sale carísimo a los ciudadanos que ven recortados los servicios públicos de salud puestos en almoneda.
AQUÍ LAS VÍCTIMAS
El ciudadano Ventureira, compañero de página, contó en este periódico la zozobra que se sufre en Urgencias una zona donde las calamidades y desgracias están al orden del día y las deficiencias también: no hay sillas para todos en una zona intransitable con camillas que entran y salen y enfermeras que van vienen. Los que sufren dolores no encuentran consuelo. Otro ciudadano, con cartilla de del Sergas 400321, cuenta sus cuitas: el especialista, que le atendió en octubre le dijo que volviera a primeros de año, y ya le darían entonces fecha para una pequeña intervención quirúrgica. Y se trata de “doentes” y clientes. Que pagaron la sanidad que ahora cuesta más que nunca, vale menos que antes y es un buen negocio bajo la política mariana. ¿Más? Los enfermos crónicos pagarán por ir en ambulancia y los que mueran, le costarán más a sus deudos, pues han subido el IVA. Gallardón ha dicho “gobernar es repartir dolor”. El dolor para nosotros, claro. n
