La verdadera reconversión ha llegado
Dice el diccionario de la RAE que reconversión significa, “acción y efecto de volver a convertir o transformar” o bien “proceso técnico de modernización de industrias”. Esa es la definición formal. Osea lo que se lleva diciendo en esta comarca desde hace más de tres décadas, sin que realmente se hiciese absolutamente nadaen esa dirección. El término reconversión en esta comarca nace en boca del PSOE como un dramático eufemismo. Cuando los socialistas decían reconversión, no pensaban en modernizar nada. Pensaban en desmantelar, en achatarrar, en prejubilaciones y adelgazamiento de plantillas. Eso es lo que significa para el PSOE reconversión, aplaudidas una y otra vez por los socialistas de allá y de aquí, y avaladas por acuerdos sindicales con CCOO y UGT.
La última, la de diciembre de 2004, supuso prorrogar el veto de la antigua Astano diez años más, hasta el 31 de diciembre de 2014, y mandar a casa a 1.400 trabajadores de los astilleros y destruir otros 2.000 empleos en la industria auxiliar.
Hoy, nuestros astilleros están viviendo una auténtica reconversión industrial. Así lo atestiguan los trabajos que se están acometiendo en las instalaciones de la antigua Astano para adaptar el astillero a la construcción de elementos de eólica marina. Primero fue el contrato suscrito por Navantia y Windar para fabricar 29 jackets para el gigante Iberdrola. Y ahora el nuevo pedido conseguido por Navantia y Windar Renovables para fabricar 5 macroestructuras flotantes para un parque eólico en Escocia encargado por una filial de Statoil. Se trata de un proyecto experimental que podría tener continuidad con un segundo concurso para construir otras 45. En definitiva, la alianza estratégica entre Navantia y Windar Renovables ha permitido que en Ferrolterra, por primera vez, podamos conjugar el verbo reconvertir con propiedad. Sin que suponga despidos y pérdida de oportunidades. Lo que siempre han hecho los socialistas. Todo lo contrario. Entrando en un sector de futuro, con carga de trabajo suficiente durante más de una década. Si somos competitivos, y si sabemos aprovechar esta oportunidad, podremos poner en valor unas instalaciones únicas que deberían permitirnos mirar al futuro con optimismo para poder decir que la verdadera reconversión ha llegado.
