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De la reivindicación gay, a otra cosa

En este rincón de opinión siempre he defendido, y lo seguiré haciendo, la vida y el amor sincero. Y los he defendido independientemente de estar divorciado o separado, de ser homosexual o de “vivir juntos” porque creo en el amor sincero; y creo que tal amor sincero ha de estar por encima de otras cosas, entre ellas de la condición sexual de cada uno, puesto que la sexualidad no es determinante en la vida, ni en el amor; ni por culpa de ella, insisto, vivida enamoradamente, podemos dejar de ser santos (los que somos cristianos); pero no puedo estar de acuerdo, ni defender, lo que he visto en las distintas imágenes de lo llamado “Día del Orgullo Gay” en estos días, actuaciones (digo bien, actuaciones) llenas de chabacanería, zafiedad y ausentes de buen gusto. 
Lo que he visto en los reportajes del día, más bien semana, del “Arco Iris” nada tiene que ver con el respeto a los homosexuales y lesbianas, ni creo que tenga mucho que ver con el amor de parejas, ni tampoco creo que las parejas homosexuales que conozco estén de acuerdo.
Para ser respetado, primero hay que respetarse a uno mismo y a los demás; para ser tolerante es preciso serlo con los que no piensan como uno mismo; para vivir en democracia hay que respetar las leyes porque no tiene razón quien más grita y los derechos solo lo son cuando están recogidos en una ley o norma. Y estos principios tan elementales no los vi respetados en las crónicas de los festejos del Orgullo Gay, que me temo se ha quedado en solo eso, en un festejo. 
La vida y el amor se inician en el respeto a uno mismo y en el respeto al prójimo. El amor y el respeto, junto con la dignidad forman la esencia del hombre y la mujer. No se es más progresista ni libertario insultando y menospreciando a quienes no piensan igual. Sin tales principios solo somos carne, fuerza e instinto que quizás es en lo que se ha convertido este día, o semana, del Orgullo Gay, dejando de ser el camino de reivindicación de los derechos a vivir el amor independientemente del sexo, y que ya es más parecido a un atractivo turístico y económico que a una justa demanda