POLÍTICOS QUE TRASTORNAN AL PUEBLO

Los buenos políticos no nos harían esto. Aznar, con la ley que permitió urbanizar toda España, abrió la burbuja inmobiliaria. Y con frases como “España va bien” y “créanme, hay armas de destrucción masiva” empezó la irracionalidad, seguida por Zapatero en la Champion League y chuleándose: “Mañana se nombrara presidente del Supremo a Dívar”. Rajoy acepta. Zapatero, seis meses antes de las elecciones de 2008, anuncia que “Bono será presidente del Parlamento” faltando a la voluntad de los votantes, la lealtad al presidente del Parlamento y a los futuros parlamentarios del PSOE, a los que solo les quedó apretar el botón. Zapatero designa a Sebastián candidato a la Alcaldía de Madrid, como antes lo hiciera con Trinidad Jiménez.

Zapatero y Rajoy, de larga experiencia en marear la perdiz, no renovaron los órganos judiciales, pero se pusieron de acuerdo para reformar la Constitucion en un plis plas, para hacer más recortes, sin debate, después de 30 años a la greña negando la posibilidad de hacerlo. Zapatero fue el único socialista del mundo que dijo que bajar los impuestos era progresista, nada de administrar bien. Rajoy prometió administrar bien y no subir los impuestos, hizo lo contrario. Zapatero propuso un pacto por la Justicia al PP. Cuando los órganos judiciales dilucidan conflictos de gran interés para el Estado, nos enteramos de antemano de los resultados antes de salir las sentencias. Dando la impresión de que la ley y los intereses generales no cuentan.

El Legislativo, Ejecutivo y el Judicial tienen que colaborar y dar ejemplo del cumplimiento del deber respetando las reglas que nos hemos dado. Esa es la verdadera política para una democracia real. Los políticos mediocres son prepotentes y únicamente piensan en sí, olvidándose del los problemas del pueblo al que representan y no deben intoxicar las mentes de la ciudadanía con estos comportamientos bananeros.