CABREADOS CON RAZÓN
El epitafio del presidente español a la última cumbre de la Unión Europea fue “ estoy razonablemente satisfecho”, lo que deja cabreados, y con razón, a millones de ciudadanos europeos que han visto como los políticos, de nuevo, se enredan en buscar las tres pies al gato y los españoles, en particular, nos quedamos a la espera de la generosidad de los países nórdicos. A la vez, la prensa internacional proclama a De Guindos como el peor ministro económico del mundo mundial.
Rajoy, dice Moncloa, “mejora su posición en plena división entre ricos y pobres”. Y una de dos: o Mariano no se entera de lo que le cuenta el traductor o cree que a los españoles – además de buenos y generosos; solidarios y trabajadores– nos falta una pieza según se “atornille” a la izquierda o a la derecha.
Dicta el Tribunal Superior que la Xunta debe rectificar el llamado “decreto del plurilingüismo” y la Xunta dice que sus señorías le pitaron un penalti a favor y que nada cambia. En Cataluña pierde CIU, pero ganan (74 escaños y la mayoría está en 68) los “soberanistas” o independentistas, aunque la caverna mediática haga las cuentas contando cuentos.
Jueces, fiscales, abogados, secretarios de los juzgados, ciudadanos, en general, protestan por las tasas judiciales que pone en marcha Gallardón y en A Coruña la jueza decana declara que “no queremos una vuelta al antiguo régimen”, mientras el Gobierno y sus terminales mediáticas dicen que es por nuestro bien.
¿Comprenden por qué los ciudadanos están, con toda la razón, hasta las cejas?
Un fallo o error judicial pone en la calle a los capos chinos encarcelados por la “Operación Emperador” y aquí, según cuenta el periódico, una mujer por robar dos bandejas de panceta –valoradas en menos de once euros– irá un año a la cárcel y una multa que supera los setenta euros. El precio incluye un empujón a la empleada del “súper” y el arañazo a un guardia… En Cataluña los guardias (Mossos d’Esquadra) que torturaron a un hombre al que confundieron con un atracador, han sido indultados por el Gobierno… donde se sienta Gallardón.
Rajoy prometió en Valladolid redoblar las ayudas al sector del automóvil mientras Citroen, a la que subvencionó la Xunta, anuncia un nuevo ERE.
A los beneficiados por la Ley de la Dependencia, Feijóo les debe dinero y les anuncia recortes para el futuro.
¿Queda alguien que no esté cabreado?
