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Lo que son las cosas: la horquilla salarial de los pilotos en Iberia oscila entre 2.700 euros al mes que cobra un copiloto de Express y los 9.000 de un comandante veterano del Airbus 340. En la última década, todas las contrataciones de tripulantes técnicos en el grupo aéreo español se han hecho en la franja baja y para las filiales Clickair, Vueling y Express.

El sector se hace “low cost” tras quebrar 20 compañías e ir al paro o emigrar 1.500 profesionales. Dicho en román paladino: los jóvenes pilotos de Iberia ganan la tercera parte que los veteranos.

En España hay unos 3.800 pilotos en activo. De ellos, 2.000 están vinculados a Iberia y 1.200 trabajan para aerolíneas extranjeras. El resto, hasta 6.500 pilotos titulados, 900 están jubilados y 1.800 son parados o jóvenes sin experiencia.

En la profesión, los pilotos “ricos” son ya una minoría; la mayoría vive un significativo proceso de reconversión y homogeneización con el resto de las actividades. Las palancas que han acelerado este proceso son varias. Una de las más importantes es la mortandad que ha aquejado a las compañías aéreas nacionales durante la última década.

La lista de desaparecidas es larga: Air Madrid, Air Comet, Futura, Quantum (anteriormente había quebrado como Aebal), Andalusair, Air Almería, South Atlantic, Regional Wings, Vising Operaciones, Air Asturias, Lagunair, Air Catalunya, Prima Air, LTE, Bravo Airlines, Gadair, Hola Airlines, Air Class Airways o Girjet. La última de la lista es Spanair. La epidemia ha dejado en la calle a unos 1.500 pilotos. Ante la escasez de oportunidades en España, los pilotos han optado por emigrar.

En los últimos meses, 12 compañías extranjeras realizaron reclutas de pilotos en España, en las que contrataron a unos 600 profesionales. Emiratos, Qatar, LAN Perú, Pluna, Hong Kong Airlines, Hainan Air, Tianjino Air China se han sumado a otras aerolíneas como Turkish Korean, Vietnam Airlines o Jetair.

Las condiciones de trabajo tanto en España como fuera sufren una profunda modificación. Los tripulantes no son empleados solo por las aerolíneas. Proliferan brókeres que implantan el contrato a tiempo parcial y en operadores distintos. La cuestión está en elegir: o lo tomas como te lo dan, o lo dejas. Y, entonces, paso para otro que exige menos.