EL DILEMA ENTRE SUSTO Y MUERTE
Insisten en el “que viene el lobo” y al coro se ha unido un viejo conocido de los gallegos, el señor Villar Mir, que figura en las listas de Bárcenas como donante del Partido Popular, al que reconoció darle propinas a través de FAES, y que pasea la marca España por México y donde su filial está envuelta en un caso de corrupción.
No hará falta recordar que pretendió vender un cacho de su finca a precio de oro y que se llevó de aquí varias empresas…
Pues este señor, y otros de iguales características, son los que anuncian la muerte de la democracia y el susto que supondrá para los mercados económicos el desalojo del partido (el PP) que está a las puertas de los juzgados por esconder ingentes cantidades de dinero a doña Hacienda, pagar en B… y una larga historia de sospechas por distintas cuestiones que, para el juez instructor, se inició hace ya veinte años…
La verdad de estos “emprendedores” la refleja un chiste de Forges en el diario “El País”, donde un iracundo empresario le dice a un ciudadano: “¡No nos vengan con monsergas! Ustedes lo que quieren es impedir que, por los siglos de los siglos, nos sigamos forrando. Sacrílegos, es lo que son ustedes. Unos sacrílegos”.
¿Está claro?
Que no estornude el Ibex, pero no gastemos demasiado dinero en vacunas o menudencias.
Que vigilen que no se robe en los supermercados, pero que nadie venga a buscarle los tres pies a las cuatro patas de nuestras empresas de aquí o del extranjero...
Vigilemos el absentismo de nuestros trabajadores, pero que nadie pregunte por los contratos trucados que se manejan en nuestros negocios…
Que aprieten bien apretados a esos ciudadanos que aún tienen unos euros para ir a ver la final de la Copa del Rey o la Champions League y a nosotros que nos dejen la ingeniería financiera, las amnistías y los acuerdos bajo cuerda para que podamos seguir tomando champán…
Así que un susto si vienen los malos, ¿eh? Así que es pecado el “todos contra uno” y la democracia consagra el triunfo de la la lista más votada…
Son capaces de decir que ellos, con ocho mil votos, valen más que cuatro partidos con siete mil cada uno, cuando la verdad es que no parece democrático que mande un tipo al que quieren ocho y tiene en contra a veintiocho que no le quieren ver ni de lejos.
¿Está clara la elección…?
