CELOS Y CONTROL

He leído en el informe “Percepción social de la violencia de género en la adolescencia y la juventud”, hecho público por la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, que uno de cada tres jóvenes de 15 a 29 años, considera “inevitable o aceptable” controlar los horarios de la pareja, impedir que vea a su familia o amistades, darle la contraseña de su correo electrónico, no permitir que trabaje o estudie o decirle las cosas que puede o no puede hacer.
Las nuevas tecnologías de comunicación que tan hábilmente manejan favorecen este control, pero me sorprende que nada más ni nada menos que un 34% de mujeres jóvenes no sean críticas con el control ajeno de sus vidas, seguramente porque consideran que es una señal de amor, como los celos. Si así piensan, parece que algo estamos haciendo mal y que en los últimos años hemos retrocedido en algo más que en bienestar económico.