En siete días, los sobresaltados vecinos de A Zapateira han tenido que soportar tres incendios forestales. Los tres pequeños, es cierto –uno no pasó de ser un simple conato– pero el hecho de que hayan tenido lugar en un espacio de tiempo tan corto hace temer a los residentes que un incendiario pueda estar actuando por la zona. O, como dijo el presidente de la asociación de vecinos, Juan Sánchez-Albornoz, “estamos preocupados porque no sabemos si hay algún zumbado prendiendo fuegos por aquí”.
Lo cierto es que tres casos en una semana llaman la atención, y los propios servicios de emergencia reconocen que han sido intencionados, pero también lo es que, de existir un incendiario, su labor no ha sido muy destructiva por el momento. Sin embargo, los vecinos temen una desgracia, sobre todo porque el viejo problema de A Zapateira, el encontrarse en una zona limítrofe entre Culleredo, Arteixo y A Coruña, volvió a afectarles durante una de estas emergencias.
Fue durante el primer incendio, el día 20, cuando un fuego se declaró en la frontera con Culleredo. El propio Albornoz admite que el fuego se encontraba en territorio culleredense, “por dos cuartas”. Mientras las llamas crecían y los vecinos telefoneaban alarmados a los servicios de emergencia, estos debatían si entraba o no dentro de su jurisdicción. Finalmente, acudieron las brigadas de Culleredo, y la emergencia se solucionó sin mayores problemas, hasta que el día 24 se elevó otra columna de humo.
En esta ocasión el fuego se localizó en un terreno situado entre el Colegio Montegrande y el complejo del Sporting Club Casino. Según parece, los vecinos se habían ocupado ellos mismos de controlar el fuego con extintores y una manguera del propio club antes de que hiciera acto de aparición los bomberos de Arteixo.
El último fuego hasta la fecha se registró el jueves pasado, a las siete y cuarenta de la tarde, en los aledaños de la urbanización Valaire. Se dio la casualidad de que en ese momento, los bomberos coruñeses se estaban ocupando de otros dos incendios que se habían declarado en edificios de la ciudad, uno en la calle de Francico Tettamancy y el otro en la de Jaime Hervada, y que no podían enviar efectivos a la zona. Afortunadamente, las brigadas forestales se hicieron cargo del fuego y lo controlaron en apenas media hora.
Deberes sin hacer
Ninguno de los incendios llegó a quemar siquiera una hectárea de terreno, pero lo que más le preocupa a Albornoz es que en los últimos meses no se han realizado la las labores de limpieza y desbroce de las zonas arboladas que separan las urbanizaciones de A Zapateira: “Los deberes están sin hacer, y se lo hemos dicho así al alcalde. No se han dado las órdenes adecuadas” .
A todo esto hay que añadir que las altas temperaturas de los últimos días, combinadas con una primavera muy seca, han convertido la maleza de A Zapateira en combustible para nuevos incendios. De ahí la preocupación de los vecinos, que han pedido al Ayuntamiento que actúe cuanto antes en las labores de desbroce.
