En la tarde de ayer, el capitán del cuadro verde, Pablo Rey, pasó por la consulta del traumatólogo Isidro González para examinar la lesión que se produjo en el encuentro del pasado sábado ante el Huesca.
El jugador sufre una luxación acromio-clavicular, por lo que el galeno le explicó que había dos opciones. La primera, pasar por el quirófano en unos días para recomponer la zona dañada y, la segunda, un tratamiento más conservador, con la inmovilización de la zona alrededor de diez días para ver si evoluciona bien y evitar la intervención quirúrgica. El jugador no se lo pensó demasiado y, en principio, prefiere esperar antes de operarse, por lo que estará hasta finales de la próxima semana inmovilizado y, posteriormente, pasará otra vez por la consulta para ver su posible evolución favorable o si , por el contrario, acaba en el quirófano. De cualquier forma, el futbolista no podrá hacer nada de ejercicio durante unas cinco o seis semanas, por lo que llegaría bastante justo para el inicio de la próxima pretemporada.
En cuanto al resto de componentes de la plantilla, el cuerpo técnico espera que Adrián Cruz ya pueda estar en condiciones para entrar en la convocatoria, ya que ha mejorado mucho y se ejercita con relativa normalidad, lo que hace pensar que el jueves viajará con sus compañeros.
Por su parte, existe la duda de si lo hará Iván Forte, que llega mucho más justo para poder saltar al terreno de juego o si, por el contrario, el entrenador se decanta para un juvenil, toda vez que Víctor Vázquez tampoco podrá jugar al tener que cumplir una sanción.
apoyo
La lesión del capitán racinguista cogió por sorpresa tanto al propio jugador como a sus compañeros y también a sus rivales en el terreno de juego. De hecho, desde la entidad oscense se hizo público un comunicado a través de su página web en el que “desean una pronta recuperación” al futbolista departamental tras su lance fortuito con el jugador visitante Íñigo.
