Saber mirar con ojos de geológo es lo que ayer llevó a un grupo de 54 personas a descubrir rocas de hace 350 millones de años y la falla que divide la Galicia granínica de la esquistosa. Fueron las que tomaron parte en la actividad que, denominada “Geolodía”, coordina la Sociedad Geológica de España y tiene como objetivo dar a conocer la geología y el trabajo que desempeñan las personas que en su día optaron por hacer del conocimiento de esta ciencia su profesión. Esta responsabilidad la asumió ayer en solitario Francisco Canosa, geólogo, que junto a otras 53 personas recorrieron la distancia que existe entre la playa de Pantín y la ensenada de Meirás, que es de aproximadamente unos seis kilómetros.
A lo largo de ellos, los participantes de la convocatoria “Descubrieron os tesouros da costa de Valdoviño” tomando contacto con rocas que, aunque ahora están a la vista, en otro tiempo formaron parte del fondo marino del desaparecido océano Rheico. De eso, hace solo unos 400 millones de años, tal y como explicó el geólogo que ayer actuó de guía.
La falla que se extiende desde la localidad lucense de Monforte de Lemos hasta el municipio del que toma el nombre, Valdoviño, también llamó la atención de los participantes, una vez que localizaron su presencia en un punto, sobre el terreno, en el que se dibujaba una pequeña y estrecha ensenada.
Esta lección de geología al aire libre finalizó pasadas las seis de la tarde –la actividad había dado comienzo a las diez de la mañana– en la ensenada de Meirás, recordando la importancia que la extracción de arsénico tuvo para el desarrollo económico y social de la localidad.
Esta actividad divulgativa se repetirá mañana y el próximo fin de semana (16 y 17 de mayo). En total serán 150 personas, llegadas de distintos puntos de la geografía gallega, las que, a través de un viaje a pie por la franja costera entre Pantín y Meirás, habrán aprendido a mirar con ojos de geólogo para no quedarse solo con un bello paisaje, que también lo es.
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