
Al Racing aún le queda un partido por disputar, pero su temporada acabó ayer. Además, de una manera cruel. A la goleada que encajó de manos del Huesca le sumó la grave lesión de su capitán, que tuvo que abandonar la lucha cuando no iban ni diez minutos. Pero eso no esconde la superioridad mostrada por la escuadra aragonesa, que desde el primer minuto demostró estar uno (o dos) escalones por encima del cuadro verde, que solo pudo asistir con impotencia, sin capacidad de reacción a la exhibición de un rival que casi está ya en la eliminatoria decisiva.
Difícilmente se le podían poner peor las cosas al Racing, que en menos de quince minutos encajó tres golpes que hicieron temer por su suerte en la eliminatoria. El primero, nada más iniciarse el juego, fue una demostración de las virtudes del Huesca, que se adelantó en el marcador después de Josán remachase a la red el rechace de Mackay a un tiro de Camacho tras una rápida transición ofensiva. El segundo, cuando el cuadro verde aún trataba de reponerse del primer puñetazo, llegó en forma de lesión y dejó al equipo ferrolano sin su futbolista más desequilibrante, cuando un forcejeo de Pablo Rey con un rival acabó con el capitán racinguista en el hospital con un hombro destrozado. Y el tercero, tal vez el menos trascendente para el desarrollo del encuentro, llegó en forma de tarjeta amarilla para Víctor Vázquez, que le hará perderse el choque de vuelta de la semana que viene en El Alcoraz.
Después de un nuevo aviso del Huesca –una volea de Camacho tras un saque de esquina que se estrelló en el poste–, el Racing intentó responder tímidamente al sometimiento al que estaba siendo castigado por un rival que no sufría en su parcela defensiva y que llegaba como quería delante de una portería rival en la que Mackay evitó hasta en dos ocasiones que le diferencia aumentase. A cambio, el cuadro verde tan solo fue capaz de añadir a su cuenta de ocasiones un disparo de Marcos Álvarez que el portero Dani Jiménez detuvo sin tener unos problemas excesivos.
Cuando parecía que la situación estaba relativamente controlada, el Huesca anotó su segundo gol en una jugada que parecía que iba a ser intrascendente. Sin embargo, en una acción propia de delantero, David Mainz recogió una pelota en el vértice del área y, tras perfilarse, realizó un disparo que superó la estirada de Mackay. Fue un palo para la escuadra local, que incluso pudo haber sido mayor en el tiempo de prolongación con el penalti señalado a Tena que Camacho, el jugador que recibió la falta, no fue capaz de convertir ante la estirada del portero racinguista, que evitó otro tanto.
continuidad
La segunda parte no le trajo mejores noticias al Racing, que en menos de diez minutos recibió otros dos tantos de un Huesca que, además de ser superior, se aprovechó de los errores de su rival. Así, primero Scardina fue el que, con un cabezazo tras el rechace de un saque de esquina, superó la estirada Mackay. Después, tras un error del portero en el saque de puerta, el cuadro visitante recuperó la pelota para que Tyronne, en mano a mano con el portero, anotase el cuarto.
Con esto, el Huesca ya tenía bastante, así que los últimos minutos del partido solo consistieron en la búsqueda por parte del Racing del gol de la honra. Pero ni para ello dispuso de ocasiones realmente claras, tan solo algunos acercamientos a la portería visitante, pero que ni siquiera llegaron a suponer verdadero peligro para el cuadro visitante. De lo único que se trataba es de llegar al final de la manera más digna posible, porque el partido –y la eliminatoria– ye estaba acabada aunque todavía quede un encuentro para que termine.
