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Ferrol

Los sin corbata, los hombres de negro, el discurso “como el de Fidel” y otras anécdotas del día

Una ceremonia como la de investidura da para un sinfín de anécdotas. El nuevo gobierno llega con un aire de cambio que se aprecia, en primer lugar, en lo externo –y ahí se cansó el nacionalista Iván Rivas de pedir que llegase más allá–. Ni Jorge Suárez ni ninguno de los concejales que forman parte del nuevo gobierno llevaban corbata, y solo dos de Ferrol en Común –Álvaro Montes y Suso Basterrechea (este aseguró que era la de su boda, en los 90)– y uno del PSOE, Felipe Sas, iban con americana. Esta imagen contrastaba profundamente con los trajes oscuros y corbata que lucían la totalidad de los concejales del Partido Popular, con una imagen mucho más formal.
Jorge Suárez llegó al Concello con una carpeta bajo el brazo en la que llevaba su discurso. Amenazó con que sería como los de Fidel, pero finalmente confesó que había estado mirando el de Rey Varela durante su investidura para tomarlo como referencia en cuanto a la extensión. Dos mil palabras fueron las del ya exalcalde popular, aseguró Suárez, y el se quedó en las 1.500.
En el salón de plenos, además de los concejales, hubo otros pequeños protagonistas: los hijos de Jorge Suárez que, acompañados por un sobrino, se entretuvieron como pudieron –el más pequeño jugueteó con una rana de plástico– mientras a su papá lo hacían alcalde. La concejala de Ferrol en Común Eugenia Freire también tenía a un hijo entre el público, y los nietos de José Tomé (PP) y Beatriz Sestayo (PSOE) estuvieron asimismo presentes en la ceremonia en que tomaron posesión como concejales. La hija de Álvaro Montes (FeC) siguió el acto desde el salón de recepciones y no perdió tiempo para reunirse con su padre cuando este acabó.
Tras el retrato de familia de la corporación, los simpatizantes de Ferrol en Común que estaban en el salón de recepciones acudieron al de plenos para hacerse su propia fotografía. Y los integrantes de Podemos no perdieron ocasión de corear su ya famoso “¡Si se puede!”.
Jorge Suárez se sentó por primera vez ayer en el que será su nuevo despacho como alcalde. Todavía tendrá que acostumbrarse a él y, quizá, tratar de luchar contra la maldición que algunos achacan a este espacio: cada cuatro años, cambia de inquilino.