La Cooperativa A Esperanza de San Sadurniño se sumó ayer a las protestas de una treintena de explotaciones ganaderas en toda la comunidad con el vertido simbólico de parte de los 3.000 litros de leche que esta finca –con 200 cabezas de ganado y cuatro personas trabajando– tiene acumulados y a los que no puede dar salida. El motivo, que la firma Leche Río ha renunciado a recibir el producto de las granjas gallegas con argumentos como una bajada en los índices de grasa, algo que desde el Sindicato Labrego Galego califican como una “escusa” con la que seguir empujando el desmantelamiento “dun sector estratéxigo”.
Las acciones de protesta se han sucedido en distintos puntos de la comunidad pero, en el caso de San Sadurniño, los responsables de A Esperanza han contado con el apoyo institucional del alcalde de la villa, Secundino García y su homóloga de Moeche, Beatriz Bascoy, ambos del BNG. El regidor ha declarado que “desgraciadamente, o abandono xa foi mermando a capacidade productiva” en su término municipal y llamó a la protesta ante la nueva posición de presión de la industria de la leche porque “se permitimos que se siga desmantelando o sector acabaremos con cen kilómetros cadrados de monte e sin xente”.
El Sindicato Labrego Galego está apoyando a los ganaderos en una situación de crisis que, explican, solo se está dando en Galicia y, en la mayoría de los casos, en granjas que mantenían acuerdos precisamente con Leche Río. Desde el sector recuerdan que los contratos firmados con la industria no sirven para garantizar un precio mínimo y que, además, están supeditados a que las empresas puedan, como están haciendo, suspender la recogida unilateralmente. Ante una medida de presión como esa, los ganaderos solo pueden recurrir a instituciones de mediación, cuya participación supone un gasto en tasas de unos 800 euros o, como ha ocurrido este fin de semana, proceder a su destrucción.
