Atrás ha quedado el dicho de “unos pican e outros non”. La cooperativa de O Val lleva años trabajando para excluir del pimiento el elemento químico que, con el nombre de capsaicina, produce la propia planta para combatir los insectos y que también utiliza como método de subsistencia. Un esfuerzo que, a la larga, se ha convertido en una de las principales características de un producto muy apreciado por los consumidores.
La campaña de comercialización de la hortaliza comenzó la semana pasada con la venta de las primeras bolsas a cadenas de supermercado como Vegalsa, Froiz y Alcampo Ferrol.
El responsable de la campaña, José Morente, destacó que el objetivo es lograr cifras, sino superiores, al menos similares a las conseguidas en el ejercicio de 2014, en la que se consiguieron poner en el mercado 130.000 bolsas de 400 gramos cada una de ellas, lo que vienen a ser un total de 52.000 kilos.
El retraso en la plantación de la hortaliza por la ola de frío del pasado mes de febrero y una primavera con temperaturas más altas de las habituales son factores que por el momento no han influido en el cultivo de una planta de la familia de las herbáceas cuyo fruto se suele recolectar hasta los últimos días del próximo mes de octubre.
A día de hoy, la producción da trabajo a un total de trece cooperativistas de una empresa social que también ha empleado dinero y tiempo en la recuperación de frutas y hortalizas que tiempo atrás eran habituales de la zona, como pueden ser los casos del tomate negro de Santiago o del denominado “corazón de buey”. Últimamente, la cooperativa de O Val también trata de introducir en el mercado otras hortalizas, entre las que destacan el calabacín, las berenjenas o los pepinos. La empresa social se dio a conocer con la producción de la lechuga, un producto que todavía hoy sigue siendo uno de los más rentables y más demandados por los compradores.
El tomate negro de Santiago, que el año pasado dio lugar a una campaña promocional en Madrid, se pondrá en el mercado en torno a la festividad de San Juan, según se apunta desde la cooperativa con sede en la parroquia naronesa de O Val.
