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Ferrol

La Armada plantea un muelle nuevo de 305 metros en A Graña

Forma parte de un plan de actuaciones que también afecta al Arsenal para dar servicio a una Flota que aumentará

La Esengra será objeto de una fuerte inversión
La Esengra será objeto de una fuerte inversión
Emilio Cortizas

El aumento de las unidades de la Flota con base en Ferrol que recoge el plan de 2024 del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada –Ajema– para el horizonte de 2035 está detrás del programa de inversiones que el Ministerio de Defensa proyecta para el Arsenal y la estación naval de A Graña. La conclusión: ambas instalaciones necesitan más línea de atraque para dar servicio a las 20 unidades de superficie que se prevé tengan su base, permanente o temporal, en Ferrol a partir de ese momento, excluyendo de esa lista –entre las que se incluirán las corbetas europeas que todavía no han comenzado a fabricarse– las de menor porte, como son las del tren naval del Arsenal.

La Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada acaba de licitar la redacción de un anteproyecto para definir las actuaciones portuarias en ambas bases. Reserva para ello medio millón de euros con la finalidad de que la empresa que resulte seleccionada –es un concurso abierto y las firmas pueden presentar sus ofertas hasta el día 24– ofrezca tres alternativas para cumplir con los objetivos generales que plantea la Armada, que deberá después elegir la más conveniente.

La idea de partida es la incapacidad de las instalaciones actuales para dar esa respuesta de apoyo a las unidades presentes y futuras. Y, al tratarse de infraestructuras sensibles y de una envergadura considerable, las soluciones que se plantean también tendrán un impacto muy fuerte.

Actualmente, la zona portuaria del Arsenal está “en el límite de su capacidad”, reconoce la Jefatura de Apoyo Logístico. Esta realidad provoca que se deban hacer “esfuerzos extraordinarios” para atender a buques de otras Marinas aliadas, así como a barcos que están estacionados en otras bases y que recalan en Ferrol por adiestramiento y también a los que están en fase de construcción, por ejemplo.

Este déficit que ya comienza a ser una realidad tiene otras derivadas. Una de ellas es la ejecución plena de un Plan de Seguridad Física. Aquí entra en juego una actuación fundamental que, tras un primer concurso que quedó desierto, se ha podido adjudicar en el segundo intento, hace apenas cinco semanas: la barrera anti-intrusión para cerrar la lámina del agua del Arsenal entre la Punta del Martillo y el muelle 6. La firma Mushtane será la encargada de ejecutar ese contrato por 411.000 euros.

Esta actuación se complementará con otra que también está sobre la mesa y que, en este caso, afecta a Navantia. Consiste en la recuperación de la exclusividad de los muelles 7 y 8 –este último ya restaurado para dar cabida a dos buques medios de la OTAN–, una decisión que posibilitará incrementar sustancialmente los metros lineales para el atraque de buques militares. Además, la Armada propone la modernización del muelle 1 –limitado en profundidad y por la entrada del dique número 2– y el dragado de la dársena para mejorar el calado.

Uno de los puntos más delicados serán los rellenos. La Armada da por sentado que van a ser necesarios. Aunque en algunos casos se trata de actuaciones de modernización o de “recuperación” de instalaciones compartidas, en otros se apuesta decididamente por construir nuevas infraestructuras. Así, además, no serán solo rellenos, sino también dragados para alcanzar las condiciones de calado necesarias para buques de mediano y gran porte.

Como datos de referencia, la Jefatura de Apoyo Logístico señala las necesidades funcionales para cada instalación, tanto en las longitudes mínimas de atraque como de calado. Para el Arsenal se plantea una actuación más modesta, con 60 metros y una profundidad de -10. En A Graña, sin embargo, la intervención será de mayor envergadura, con 230 metros de atraque y -8,5 de calado. La obra física es una parte, si acaso la más importante e impactante, pero no la única: estas actuaciones deberán ir acompañadas de la dotación y mejora de los servicios para poder realizar las funciones básicas de adiestramiento, alistamiento y mantenimiento de los buques, así como de descanso de la tripulación.

Será, por lo tanto, en A Graña donde se desarrollen los trabajos más intensos. Como se recordará, recientemente finalizó la adecuación del muelle sur, pero el plan de la Armada plantea ahora su ampliación, así como los de otros dos pantalanes. Pero la medida más importante será la construcción de un nuevo muelle para “garantizar la disponibilidad de ataque tanto para todos los buques futuros con base allí como para el cumplimiento del compromiso adquirido” con Alianza Atlántica.

En el pliego, la solución que se plantea, aunque se subraya que no tiene un carácter vinculante, es un muelle tipo “claraboya”, de unos 305 metros de longitud, entre la dársena sur y O Vispón. La capacidad debe ser para cuatro atraques simultáneos.

Además, en pantalán número 1 –que tiene actualmente 120 metros de longitud– se rehabilitará para mejorar sus espacios de atraque, los elementos de puesta a flote y recuperación de embarcaciones. Estará dedicado a embarcaciones auxiliares y de la Comisión Naval de Regatas y necesitará un dragado en la cabecera de su cara sur. El pantalán número 2, de 170 metros, se deberá adecuar para permitir el acceso de grúa cuando el buque se encuentre inmerso en el Periodo de Inmovilización Programada –PIP–.

Por otra parte, el muelle sur, de 208 metros, se prolongará al menos 50 metros y el anteproyecto deberá valorar la necesidad de acometer un dragado en su entorno y de ser compatible con el nuevo muelle.