Fernando Iguacel: “En la Semana Santa de Ferrol debemos mantener la tradición y pasar de las críticas si no son constructivas”
Presidente de la Junta de Cofradías desde el pasado jueves, es cofrade de los de “toda la vida” y afronta su nuevo rol con agradecimiento y mucha responsabilidad

Fernando Iguacel Selle (Ferrol, 1959) es, desde que tomó posesión el pasado jueves, presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa ferrolana, un organismo con el que llevaba ya 23 años comprometido como secretario.
Muy conocido en la ciudad por su participación en diversas entidades e instituciones, y cofrade de Dolores desde su juventud, en estos primeros días en el cargo le ha dado tiempo a pedir una reunión con el alcalde, organizar la participación en la extraordinaria de Compostela del próximo día 4 de octubre y hasta de cambiar el aspecto de la sede de Magdalena 224, donde recibe a este periódico.
Se le acabó aquello de ser “el eterno secretario”, como le había apodado el obispo Gea Escolano en los noventa...
Sí, pero no voy a ser el eterno presidente [Risas]. Cumpliré con los cinco años que me tocan por estatutos.
Es esta la primera vez que asume una responsabilidad mayor, ¿por qué ha dado este paso?
Estuve como secretario en el Grupo Scout 19, en Cruz Roja, en la Cofradía de Dolores, en el Santo Entierro, en el Club de Campo... pero nunca de presidente. Siempre tuve miedo de presidir porque me gusta estar en un segundo plano, trabajar desde ese lado; no obstante, di este paso porque hubo mucha gente cercana que me lo pidió, ese fue el principal motivo.
¿Y cómo asume su nuevo rol?
Por un lado, con alegría y, sobre todo, agradecimiento. Al señor obispo y a los hermanos mayores por haberme elegido y apoyado. Lo asumo con un poco de inquietud, pero también con mucha responsabilidad. En la primera reunión les dije a las cofradías que les pedía solo unidad y trabajo para que todo salga adelante y se vaya mejorando aquello que se pueda mejorar. También les dije que lo que hablásemos aquí, no debería salir de aquí porque este es el lugar para hablar y buscar soluciones. Creo que debemos dar una imagen de seriedad.
¿A quién lleva con usted?
Son tres personas las que, como recogen los estatutos, me acompañan. Diego Fernández de vicepresidente, que es antiguo hermano mayor de la Merced y tiene la experiencia de haber estado en la Junta; María Paz Teijeiro como secretaria, que fue el cargo que ejerció durante muchos años en la Cofradía de la Soledad, y Antonio Pía Castiñeira, del Santo Entierro, será el tesorero. Es jubilado de banca y tiene conocimientos y mucho tiempo, que aquí hace mucha falta. Creo que formamos un buen equipo de gente trabajadora, responsable y honesta.
La expectativa es que, como antiguo miembro de la Junta de Carreño, apele a la continuidad.
Algunos me dicen que voy a ser igual que César y no es así. Yo trabajé con él once años codo con codo, como también lo hice con Meca Arcos otros 12 años. Son personas muy distintas, pero ambas referentes de la Semana Santa de Ferrol. Hoy somos lo que somos gracias a ellos, sin olvidarme de Mario Villamil y, por supuesto, de Félix Sande, al que le tocó una época complicada. Valoro muchísimo su trabajo y espero estar a la altura, mejorando todo lo que se pueda mejorar y, si hay que cambiar algo, por supuesto cambiarlo.
¿Qué papel tiene la Junta en la Semana Santa?
Somos diez personas, todas con derecho a voto excepto el consiliario [Cándido Otero], por lo que cualquier asunto, desde el reparto económico, las procesiones, los horarios... van a ser decisión de la mayoría. La Junta debe ser un órgano de servicio, unidad y representatividad que permita trabajar con un objetivo común: transmitir la Semana Santa con orden, sentido y profundidad, vivida siempre desde la fe. Yo tengo que ser capaz de coordinarlos, que no coincidan los actos de unas cofradías y otras, que se respeten horarios, pero, más allá de ahí, no debemos meternos en la organización porque cada una es dueña y señora.
Precisamente, después de lo que pasó el Martes Santo del pasado año, muchos reclamaron más intervención de la Junta...
Correcto. Esa es una de nuestras misiones ahora, intentar que esos pequeños detalles se corrijan y no sucedan más.
Ese es un reto, pero ¿hay más sobre la mesa del presidente?
Mantener el equilibrio entre lo tradicional y los nuevos tiempos es otro. Ferrol es una ciudad con tradiciones importantísimas que debemos conservar y ampliar, pero no podemos anclarnos en determinadas cosas del pasado, sino tener la mente abierta para ver qué necesidades tiene la gente, los cofrades y los portadores de hoy en día. Nuestra gran ventaja es que tenemos muchísima juventud implicada y otros desafíos tienen que ver con ser capaces de formar a todas estas personas, tanto en la fe como en el conjunto de peculiaridades de cada cofradía, además de seguir prolongando el calendario de actos a lo largo del año.
¿Habla, por ejemplo, de que se vayan constituyendo priostías en las hermandades?
Sí, efectivamente. Por un lado, ahora mismo está en marcha un grupo de preparación para la Confirmación pensado para cofrades, también adultos; pero, además, si las cofradías fuésemos capaces de enganchar a esa franja de edad en la que los niños se desligan de la Iglesia, en su adolescencia, y formarlos antes de que se conviertan en numerarios, sería muy positivo. Que sepan dónde están, pero también los elementos del cortejo, los enseres, el por qué de cada cosa... Los que participamos en las procesiones debemos saber todas estas cosas, la formación es básica.
¿Y para su primera Semana Santa, qué ve prioritario?
Que no llueva [Risas]. Seguir la progresión mejorando los hábitos, por ejemplo, replanteándose quizás dónde se invierten las ayudas y continuar colaborando con las entidades sociales, que en eso hemos avanzado mucho. Debemos también ser capaces de mantener la tradición, no desviarnos a cosas que no sean adecuadas, y tener la cabeza fría para pasar un poco de las críticas que no son constructivas porque no le hacen bien a nadie. Ni a la Junta ni a las cofradías ni tampoco a la propia ciudad al desprestigiar algo que heredamos de otros y tenemos el deber de conservar.
Tiene usted en su despacho las fotografías de los cuatro presidentes que le precedieron y recordó antes sus méritos, ¿qué le gustaría que dijeran de usted cuando termine su mandato?
Que me rodeé de un equipo en el que confié sabiendo que era bueno y que colaboré en la construcción de esta Junta que Gea Escolano ideó con acierto. Que fui capaz de coordinar, mantener y mejorar las cosas, dejando un legado. Que, como dijo Baden-Powell, fundador de los scouts, dejé todo —el mundo, la vida, las cosas— un poquito mejor de cómo las encontré, pensando en los que vengan detrás.


