La publicación en redes del Derby Café que adelantó la edad de jubilación
Fran Fajardo deja la gerencia del local y lo daba a conocer en Instagram, causando revuelo entre un público que quería felicitar al camarero por su retiro pero “aún me quedan años por cotizar”

Casi un siglo ha pasado ya desde que el Derby Café echó a andar en la calle Real. Su primer dueño lo ligó al mundo equino, pues tenía una empresa de transporte que unía la ciudad naval y Neda y que usaba al cuadrúpedo como animal de carga. A día de hoy, los caballos siguen siendo la imagen de este establecimiento “de Ferrol de toda la vida” que recientemente se ha hecho “viral” en las redes sociales tras dar a conocer que Fran Fajardo, que lleva una década detrás de la barra de este establecimiento, cuelga el mandilón.
Muchos de los comentarios en la publicación de Instagram que se hacía eco esta exclusiva eran de agradecimiento; sin embargo, la gran mayoría daban la bienvenida a la jubilación de Fajardo que, entre risas, confiesa no saber si es que no se cuida lo suficiente “como para que la gente piense que ya tengo los 65”. Y es que este es un adiós a la hostelería, pero no al mundo laboral.
De la década que lleva afincado en la esquina de la Real con la calle Carme, los últimos seis fueron “todos los días, todo el día y como encargado”, y a pesar de que alguno pueda suponer que este es un ámbito de trabajo que no compensa, Fajardo lo tiene claro: “la hostelería es un trato directo y continuado. Hay muchos clientes y oportunidades de interactuar, por lo que te tiene que gustar esa parte de la sociabilidad y de las historias”, explica. En su caso particular, asegura que este mundillo le enganchó “porque me dejó aprender en una edad en la que todo el mundo piensa que ya tiene todo aprendido”, reflexiona.
Él no tenía experiencia previa, solo esos “pinitos” que un chaval hace en un pub o la ayuda que se le presta a un amigo en días de mucho movimiento, y es que “me fui liando cada vez más y ahora se acaba la etapa”, puesto que esta misma tarde será la última en la que Fajardo se encontrará detrás de la barra del “mítico” local ferrolano, que ya vaticina que “voy a echar mucho de menos”.
Y no es de extrañar, puesto que las réplicas que se dejaban ver en las redes sociales arropaban al camarero de una forma sin igual. Frases de cariño y apego se extendían a lo largo de la publicación y él solo tiene “palabras de agradecimiento”, prometiendo que todo el afecto que ha llegado “será devuelto”.
Nuevos comienzos
Consciente de que “las emociones van a estar ahí” y de que son caprichosas e incontrolables a partes iguales, Fajardo no sabe qué le deparará el futuro, pero está seguro de que la tarde de este domingo va a ser una jornada “cargada de mucha emoción y muchas historias porque hay gente que va a venir a despedirse. Personalmente, creo que va a ser bonito, pero también muy duro. Al fin y al cabo, para eso no tienes ningún tipo de preparación”.
Sin embargo, y para aclarar el malentendido que surgió de las redes pero que le deja más que arropado ante su gran despedida, manda un mensaje esperanzador: no hace falta que nadie se preocupe, pues se le podrá encontrar a solo unos números de distancia.
Bolsos Mais contará ahora con su trabajo, y es que este negocio familiar en el que él ya ha tomado parte ha visto incrementado su volumen de trabajo, por lo que “psicológicamente es el momento de dejarlo. Con tristeza, sin duda, pero es cuando tiene que ser”, comenta.
Por suerte, a escasos metros seguirá estando, esperemos que otro siglo, su casa.
