Amalia Parra | "Lo que más me gusta es la interacción del profesor con los alumnos y mantener la cabeza activa"
Una de las profesoras de FP en el IES Plurilingüe Castro da Uz (As Pontes) acaba de conseguir plaza fija con la particularidad de ser la más mayor de España

La profesora Amalia Parra Santamarina imparte con plaza propia, desde el inicio de este curso 2025-2026, la asignatura de Formación Profesional llamada Itinerario Persoal para a Empregabilidade -IPE- en el IES Castro da Uz de As Pontes. Esta nueva incorporación al personal fijo se suma a sus compañeros con la mayor edad de España en lograrlo en su misma convocatoria, una cifra que en absoluto tiene que ver con el hastío ya que en su caso, "al ser una persona reconvertida", tal y como adelanta la protagonista, se enfrenta a las aulas con motivación e incluso apunta algunos retos de las titulaciones en las que da clase.
Licenciada en Derecho por la Universidade de Santiago de Compostela en 1986, se colegió como abogada al terminar la carrera, después de haber pasado unos meses en Inglaterra. Desde ese mismo año empezó a ejercer, en un principio por su cuenta y más tarde en importantes despachos de A Coruña, hasta hace alrededor de tres años. Sin embargo, la frecuencia de los últimos ya era un síntoma del giro de 360 grados que estaba al caer.
"Nunca había pensado en ser docente ni en presentarme a ninguna oposición". En 2008 se animó por primera vez y, aunque superó el examen, no sería ese su momento de empezar a trabajar, llegando a haber aprobado dos veces pero sin obtener plaza. Ese mismo año también nació su hijo, por lo que ya estaba buscando "algo que no me absorbiera tanto" como la dedicación a la abogacía a esos niveles y especialmente después de su separación.
Como los cambios no son fáciles, y en mayor medida con el avance del tiempo, "primero intenté cambiarme de despacho, la verdad: pero nada, la profesión es lo que es", expresa Amalia Parra. Para lo que buscaba, que era la posibilidad de conciliar mejor las vidas laboral y personal, la educación era ideal, con horarios y vacaciones que coinciden con el calendario académico de los pequeños.
"La primera vez que me llamaron para hacer una sustitución fue en el año 2014, si mal no recuerdo", un estreno que tuvo lugar en la Escola de Imaxe e Son de A Coruña. Por medio de esta experiencia descubrió que le gustaba "más de lo que pensaba" y desechó la idea de que no iba a hacer bien el trabajo, lo que le aportó el impulso para comprometerse con este nuevo camino y actualizarse en los temas.
Así, en los últimos cursos estuvo realizando interinidades hasta que llegó la prueba decisiva. Amalia Parra se había animado a volver a preparar el examen por la impresión que le causaron los cuestionarios en anteriores convocatorias, para los que se consideraba capaz, al contrario que ocurrió con la oposición que le otorgó la plaza. Quizás esta primera impresión le favoreció, ya que "hubo muchísima gente que se levantó y se fue" al ver las preguntas.
La especialidad a la que se presentó, estudiando totalmente por su cuenta, es Formación e Orientación Laboral -FOL-, el mismo nombre que recibía el módulo transversal del que daba clase antes de que, en el curso pasado, se cambió a IPE. En sus aulas también aprovecha su titulación, ya que se trata de una materia que incluye desde prevención de riesgos, cómo montar una empresa o conseguir empleo, hasta derecho laboral. De hecho, esta última rama o la mercantil son en las que se había centrado durante su anterior forma de vida.
Reflexión
Una vez rodada en la profesión, valora especialmente "la interacción que hay entre el profesor y los alumnos", cómo "uno aprende de ellos y también tiene la posibilidad de ilustrarles, enseñar en sí". Asimismo, al estar trabajando con jóvenes de la misma edad de su hijo, rondando los 18 años, se mantiene "con la cabeza activa".
"No hay dos cursos iguales", resalta Amalia Parra sobre la variedad que caracteriza a la profesión en el día a día, algo que ya vivía como abogada y que agradece, tomándoselo como "un reto" que le "motiva mucho".
Lo que ha llamado su atención desde dentro de las aulas de Castro da Uz, en el que la mayor parte de titulaciones de FP se enmarcan en la rama industrial, es la gran predominancia de alumnado masculino frente al femenino. En cualquier caso, también ocurre en otras que salen de este sector, como el ciclo básico de Informática de Oficina, en el que de 19 estudiantes solo una es mujer. "Es una desproporción bestial", señala sorprendida, ya que se trata de cursos que "tienen muchísima salida profesional porque hay mucha demanda".
