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Ferrol

Ferrol, el lugar donde el presidente John Adams se enamoró del chocolate a la taza

Tomarse un chocolate a la taza es una costumbre tan habitual, sobre todo en las tardes frías de invierno, que no se le da la importancia que se merece. Aunque todos tienen uno u otro favorito y  eligen a dónde dirigirse para tomarse su apetecible chocolate con churros, pocos saben que fue precisamente en Ferrol donde el segundo presidente de los Estados Unidos, John Adams, antes de llegar incluso a la Casa Blanca, descubrió, este exquisito manjar cuando en diciembre de 1779, una tormenta en el Atlántico  hizo que el barco en el que viajaba sufriese daños y se viese obligado a buscar refugio en la ciudad de Ferrol.

Bonilla dos
El segundo presidente de Estados Unidos, John Adams

Casi 250 años después, otra mandataria americana, la Encargada de Negocios de Estados Unidos en España, Rian Harris, regresó a Ferrol y volvió a degustar el placer de un chocolate a la taza en la cafetería Bonilla.

La embajada de Estados Unidos en Madrid se hizo este viernes eco de la curiosa e histórica noticia, informando de la visita de la diplomática a Ferrol para degustar, como en su día lo hizo John Adams, ese "espeso, dulce y nutritivo, muy distinto al té y al café que conocía en Nueva Inglaterra", tal y como recogió el presidente de EEUU en sus diarios.

Cuenta la embajada en su perfil en las redes sociales que Adams, acompañado de sus hijos, descubrió en Galicia "un puerto seguro, la hospitalidad de sus gentes y una costumbre que lo sorprendió: el chocolate a la taza". Aquella taza de chocolate, sencilla y cotidiana para los españoles, se convirtió para Adams en una experiencia memorable, explican.

Con esas buenas sensaciones de la ciudad naval, Adams emprendió por tierra su viaje hacia Francia y el imprevisto marítimo le permitió no solo conocer España sino su deliciosa forma de elaborar el chocolate.

Bonilla tres
Rian Harris con Alejandro Rañal, propietario del establecimiento

Esa  relación bilateral actual entre España y Estados Unidos se confirmó más de dos siglos después en las mesas de Bonilla, una cafetería también con mucha historia en la que su propietario, Alejandro Rañal, sirvió de anfitrión a los mandatarios americanos y recibió, de la mano de la propia Rian Harris, un recuerdo de la visita de la ministra consejera.