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Ferrol

Arantza Regadera: “Me formé en yoga y pilates, pero surgió la oportunidad de la mercería y no me lo pensé”

Hace menos de un año, a mediados de noviembre de 2024, Arantza Regadera reabrió las puertas de la mercería Enredos, un negocio que parecía condenado al cierre tras la jubilación de su anterior propietaria. Sin embargo, esta compostelana de nacimiento e infancia que se trasladó a Ortigueira cuando tenía 14 años y que posteriormente vivió en Irlanda y casi dos décadas en Madrid, pensó que podría ser una oportunidad. “Yo me vine de Madrid, donde ya no estaba muy a gusto y llevaba años buscando un plan B, y miré un poco las opciones de poder rehacer mi vida laboral en Ortigueira o en un sitio cercano, y entonces valoré coger la mercería”, explica.

Decidió entonces acudir al Polo de Emprendemento de Ferrol, donde la informaron de las opciones de acogerse a un programa de subvenciones. “Entre ellas estaba el Bono Remuda y, aunque había otras vías, esta era la que mejor encajaba con mi situación”.  Arantza reconoce que “saber que existía esa ayuda me animó un poco más”, aunque en su caso tuvo que esperar a la convocatoria de este 2025 porque la anterior estaba cerrada.

Llevaba toda mi vida trabajando en el sector textil, es una actividad que domino, pero lo que no domino es ser autónoma. Es muy complicado y poco flexible

La mercería no era la idea que Arantza tenía en la cabeza y, de hecho, explica que “en un principio mi idea era formarme en yoga y pilates para tirar por ahí, pero realmente toda mi vida laboral ha sido en el sector textil, y el tema de la mercería, el producto, lo domino, conozco el terreno y es un aliciente. Lo que no domino es ser autónoma”, dice.

Ser autónoma

Por el momento, la experiencia de Regadera es positiva. “La gente es encantadora en el 99,9% y los clientes son estupendos, pero ser autónoma es muy complicado”, admite. En ese sentido, la responsable de la mercería, ubicada en la avenida Escola de Gaitas, 41, explica que “tenemos muy poca flexibilidad, por ejemplo, con la cuota de autónomos. Los que estamos en negocios pequeños en municipios pequeños queremos que nuestros pueblos tengan vida, comercio, que haya movimiento, pero creo que no se puede medir a todo el mundo, seas grande o pequeño, por el mismo rasero”. En su sector, además, se lucha “contra el gran gigante de internet, que es demoledor, porque las ventas online matan al pequeño comercio y es prácticamente imposible luchar contra eso”.

En su caso, además, la experiencia laboral previa era muy diferente. “Al venir de trabajos por cuenta ajena, todo me sonaba a japonés y me costó un poco al principio. Las chicas del Polo de Emprendemento de Ferrol son muy buenas y me aconsejaron en todo momento, pero al final tuve que ir a una gestoría porque me veía sobrepasada: empezar con la tienda, la subvención y el papeleo. Además, estoy sola, no tengo socio y tuve que pedir ayuda porque, si no, es complicado”.

Por último, tras subrayar que está “agradecidísima por la subvención recibida” y que “entiendo que no te van a regalar todo”, opina que podría estar “exenta de IVA”.