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Deportes

El Racing de Ferrol encaja una derrota dolorosa

El camino del Racing ya no es solo triunfal. A la cuarta, el equipo ferrolano encajó su primera derrota del campeonato, un resultado que además tiene muchas connotaciones. Y es que, después de que se viese media hora de espectáculo sobre el terreno de juego del Anxo Carro, las dos expulsiones sufridas por el cuadro verde –la primera en el período inicial, la segunda nada más empezar la segunda parte– lo condicionaron hasta acabar siendo aprovechadas por un cuadro rojiblanco que, de esta manera, se estrena como ganador en el torneo de la regularidad.

La impetuosa puesta en escena del Lugo, combinada con un par de imprecisiones del Racing, lo llevó a sembrar la incertidumbre en la portería visitante. De hecho, el portero Parera fue el racinguista más destacado en este tramo, con paradas a los disparos de Nico Celorio –primero– y Samanés –después–. Pero las tornas cambiaron enseguida y el cuadro verde pasó a ser el que rondó la meta rival para hacer del cancerbero Marc Martínez el más destacado de su escuadra, aunque el portero no fue capaz de evitar el cabezazo de Álex Zalaya con el que la escuadra visitante se adelantó.

En ventaja en el marcador, el conjunto de la ciudad naval se aprovechó del desconcierto del Lugo para estar a punto de marcar su segundo tanto. Sin embargo, poco a poco el encuentro fue recuperando la igualdad de los primeros minutos, con los dos equipos tratando de aprovechar sus armas –el local, el recorrido de Álex Balboa y la verticalidad por la izquierda de Samanés; el visitante, con el juego entre líneas de Jairo Noriega y el peligro que generaba en las acciones a balón parado– para encontrar el premio del gol. Sin embargo, ni uno ni otro fueron capaces de conseguirlo.

El partido cambió en el tramo final del primer acto en una acción que parecía inofensiva. Una falta de Migue Leal en campo contrario fue sancionada por el colegiado con amarilla, aunque la revisión solicitada por el banquillo local se tradujo en un repaso de cuatro minutos de la acción que finalizó con tarjeta roja para el racinguista al detectar el árbitro que el lateral derecho racinguista había levantado demasiado el pie en su entrada. Así, la escuadra visitante se quedó en inferioridad y, aunque aguantó hasta el descanso, empezó a darse cuenta de lo que le esperaba en la segunda parte.

Control

Con la entrada de Tejera para contener el caudal ofensivo que salía de las botas de Álex Balboa, el más destacado del Lugo en la primera parte, el Racing pareció cortar una de las vías de ataque de la escuadra local. De hecho, este movimiento hizo que el ritmo descendiese notablemente... aunque otra acción conflictiva más volvió a complicarle el partido, incluso más, a la escuadra de la ciudad naval. Fue una contra conducida de Jairo Noriega que acabó con un braceo del futbolista coruñés sobre su rival, lo que le costó ver su segunda amarilla y dejar al cuadro verde con solo nueve.

Con esta severa inferioridad, Pablo López movió las piezas para intentar aguantar la más de media hora de juego que quedaba. Así que con la entrada de Artetxe, el conjunto de la ciudad naval pasó a actuar con una línea de cinco de defensas para tratar de contener el ancho del campo y obligar a su rival a recurrir a lo que menos le convenía hacer, el juego por dentro. De esta manera, el cuadro verde veía cómo los minutos iban pasando y mantenía la victoria momentánea para así sumar los tres puntos.

El Racing veía la orilla cada vez más cerca... hasta que, de la manera más previsible, el Lugo encontró el gol del empate –un centro desde la banda derecha que Nico Celorio cabeceó al fondo de las mallas–. Y, desnortado tras perder lo que tan cerca veía, el cuadro verde no tardó ni cinco minutos en encajar otro tanto y verse por detrás en el marcador.

Tras esta acción quedaba un cuarto de hora para el final del choque y aunque el equipo ferrolano quiso morir matando –dispuso de un par de ocasiones, una en pies de Gelardo y otra en la cabeza de Edgar Pujol– para empatar, al final se tuvo que conformar con su primera derrota del campeonato, un resultado que la genera tanta rabia como impotencia por lo que se vio en el campo.