O Parrulo Ferrol no se baja de la nube (3-4)

O Parrulo Ferrol no se baja de la nube al vencer, tras un gran encuentro, a un Servigroup Peñíscola que lo intentó todo hasta el final, pero se topó con un auténtico muro (3-4).

Desde el comienzo, se pudo comprobar que este partido se iba a decidir por pequeños detalles. Ambos conjuntos salieron a por todas. Sin guardarse ni un ápice de energía. Primero golpeó el conjunto ferrolano por medio de Novoa, que continúa en un estado de forma excepcional. Sin embargo, en esta ocasión, al contrario que en el partido ante el Alzira, no pudo abrir la lata, ya que se encontró con un Gus muy inspirado. El veterano meta desvió hasta tres disparos del de Benavente. Mientras, en la otra área, Mati Starna no se iba a quedar atrás. 

En la primera oportunidad que tuvo en contra, el argentino se alió con la madera para detener el intento de Elías, mientras que en el resto de ocasiones las desvió de todas las maneras posibles. Eso hizo crecerse a sus compañeros, que intentaron apretar más en ataque. Y eso resultó, ya que lograron sacar varias faltas peligrosas, pero que no fueron capaces de materializar.

Con todo, conforme pasaban los minutos, el equipo de Gerard Casas fue perdiendo algo de fuelle y eso lo notó Santi Valladares, que cambió a todo su quinteto y comenzó a dominar la posesión de balón. Por suerte, en defensa se mostraban fuertes y sin fisuras. Ni siquiera el poderío físico de Juanqui fue capaz de tumbar el muro ferrolano, que estaba formado por nuevos nombres cada pocos minutos.

La magia de "Diogol"

No fue hasta el ecuador de la primera mitad cuando el cuadro de la ciudad volvió a asomarse con peligro. Con mucho peligro. Tanto que logró desequilibrar la balanza gracias a un jugadón de Diogo. El ala brasileño cogió el balón pegado en la línea de banda, encaró a su par, se fue de él con un amague y le puso un balón preciso para que Gonzalo Santa Cruz, después de pelear con dos defensores, perforase la portería defendida por Gus. 

Este tanto dio nuevas energías a O Parrulo, que redobló esfuerzos. Pero de poco sirvieron, ya que apenas un par de jugadas después, y tras un nuevo larguero de Juanqui, Jhoy cometió un penalti tras parar con las manos un lanzamiento del ‘9’ local. La acción se protestó, pero era clara. Gerard Casas introdujo a Dennis Berthod para tratar de parar la pena máxima, confiando en sus habilidades, y éste no lo decepcionó. Entre su cabeza y el larguero, lograron frustrar el intento de Elías desde el punto fatídico. Esta acción supuso un punto de inflexión.

Los locales acusaron el golpe. Dejaron de jugar de manera tan vistosa en ataque y en defensa dejaron muchos huecos. Estos los vi un Mati Starna, que volvía a estar en portería. El argentino vio solo a Novoa, que levantó la cabeza y se la cedió a Rubén Orzáez. El vallecano, en lugar de rematar de primeras, se la pasó a un Diogo que entraba desde segunda línea para que pusiese el 0-2.

Este gol noqueó al Peñíscola por completo, que estuvo a punto de encajar el tercero al borde del descanso, pero apareció, en el último momento, Gus para mantener a flote a su equipo, al que el descanso le sentó como el comer. Regresó de los vestuarios con otra cara y con otra actitud, una en la que quería demostrar porque el año pasado fue uno los equipos revelación. Estuvo a punto de recortar en la primera jugada por medio de Plaza, pero su disparo se marchó ligeramente algo. Eran brotes verdes, que rápidamente se tornaron en marrones cuando Starna mandó un balón largo para Gonzalo. Gus, viendo la jugada, trató de anticipar, pero falló al golpear el balón, y dejó el esférico manso para que el herculino pusiese el 0-3.

Dudas y nervios

A pesar de ese mazazo, Santi Valladares quiso aguantar la opción de portero-jugador. Todavía quedaba mucho partido y la diferencia no era tan grande como las malas sensaciones que estaba dejando en la pista. En ese mal momento, el público del Juan Vizcarro comenzó a alentar su equipo y, éste, tras unos minutos reaccionó, y comenzó a arrinconar a un O Parrulo, que se defendía con todo. Sin embargo, apareció Matheus Ferreira para, con un potente zurdazo, romper la portería visitante y darle vida a un Peñíscola que empezó a creer en la remontada.

Tras el tanto, los locales apretaron más y le metieron más intensidad al juego. Eso tuvo su parte positiva, ya que siguió presionando al cuadro ferrolano, pero la negativa fue que se pusieron rápidamente con la quinta falta. Esa situación dio cierta tranquilidad a los de Gerard Casas, pero poco duró. Tras una jugada sin aparente peligro, el balón acabó en los pies de Lucas que con una grandísima mediavuelta puso el 2-3 y metió el miedo en el cuerpo a sus rivales. O eso pareció, porque O Parrulo despertó. Se asomó con más peligro en ataque buscando ese cuarto tanto que les diese más tranquilidad.

Y este llegó por medio de Turbi, que salió para defender el cinco para cuatro que buscó Santi Valladares. El ferrolano, que es un especialista de esas jugadas, robó el balón, levantó la cabeza, disparó y metió el balón dentro de la portería. Pero la cosa no acabó ahí, ya que una jugada después estuvo a punto de hacer lo propio Jon, pero apareció Elías, que estaba como portero-jugador, para desviar el tiro. Con todo, eso dio igual porque, aunque Diego Quintela recortó diferencias, no hubo tiempo para más y los tres puntos volaron para Ferrol.