La noticia saltó a media tarde del martes 13 y a todos se nos puso cara de signo de interrogación. Alerta nuclear en Megasa. Dicho así, en un titular de cuatro palabras, suena a apocalipsis. Quizá el cine de ficción nos ha hecho mucho daño, pero quizá también Chernóbil no estaba tan lejos como pensábamos. Rebajemos el tono y fiémonos de lo que va trascendiendo desde el Consejo de Seguridad Nuclear -es verdad, el nombre asusta- y aceptemos que lo del pasado día 8 no fue más que un incidente sin mayor trascendencia, que los protocolos han funcionado, que el riesgo, si lo hubiese, está aislado.